Al igual que la mayoría de setas, es un alimento bajo en calorías, que aporta principalmente una pequeña cantidad de proteínas y de hidratos de carbono, pero que destaca por su contenido en agua, algunas vitaminas y minerales y betaglucanos, un tipo de fibra que favorece el crecimiento de las bacterias sanas del intestino, es decir, de la microbiota.

Alimento libre de sustancias químicas de síntesis, como pesticidas o fertilizantes, y de organismos modificados genéticamente. Además, durante su producción se realiza la rotación de cultivos, que permite el mantenimiento de la biodiversidad. Las setas ecológicas aportan más vitaminas y minerales y un sabor más intenso que las de cultivo no ecológico.

Seta ideal para guisos, arroces, caldos o salteados con ajo y perejil. También se puede deshidratar y utilizar como especia para aromatizar diferentes platos.