Su elevado proceso de maduración hace practicamente inexistente el contenido de lactosa. Elevada proporción de grasas sobre todo saturadas, aunque también puede haber una pequeña proporción de otros tipos como omega 3 y 6. También será muy rico en proteínas de buena calidad para el organismo. Destacan también vitaminas como la A útil en la regeneración de los huesos, la D que ayuda en la absorción del Calcio, B9 y B12 necesarias para nutrir la sangre y revertir algunos procesos de anemias. También minerales como el Calcio y el Fósforo necesarios para mejorar nuestra calidad ósea.

Se buscarán razas autóctonas que se encuentren mejor adaptadas al medio. Se procurará adecuar la carga ganadera al lugar, evitando el acinamiento. Máxima importancia a la cria y alimentación al aire libre. Cuando sea necesario el pienso será 100% ecológico. Queda prohibido el empleo de medicamentos químicos o antibióticos y también de hormonas u otras sustancias para estimular el crecimiento o el control de la reproducción. Se ordeñará a los animales respetando el ciclo natural. Mayor porcentaje de grasa omega 3 y 6 en la leche ecológica.

Al ser un queso muy duro es difícil cortarlo con el cuchillo. Cuanto más ancha sea la hoja de éste más facilidad para cortarlo. El aroma del Parmesano es inconfundible y posee una multitud de sabores bien definidos: a pasas, fruta seca y vino. En los mejores quesos, el sabor es extraordinariamente pleno, afrutado y bien sazonado, con un regusto que perdura. Puede ser un excelente queso de postre, especialmente cuando es joven o no muy viejo. En Italia, se sirve troceado y acompañado de higo o peras, o se parte en trocitos pequeños y se consume como aperitivo. En virutas finas aporta interés a ensaladas o sobre corazones de alcachofa crudos. Rallado, se utiliza en todo tipo de salsas para pasta, excepto en las que llevan pescado.